“Crepúsculo en la selva” es un proyecto de fomento a la lectura juvenil, liderado por la docente de literatura Divisley Vertel González, el cual se desarrolla hace dos años iniciando en el 2008 en el colegio Pluriétnico de Carurú, en la remotas zonas selváticas del Vaupés en Colombia, hasta donde solo se llega por vía aérea en los antiguos aviones DC3, los cuales datan de la segunda guerra mundial, o por extensos recorridos fluviales, pasando por peligrosas cachiveras, (rápidos) que recorren el curso del rio.

Todo nació cuando conocí la literatura de Stephenie Meyer, más específicamente su primera obra de la saga: Crepúsculo, me detuve un segundo y me di cuenta que era lo mejor que había leído hasta el momento, entonces con curiosidad comencé a mostrarles a mis estudiantes fragmentos de la obra, pero para mi sorpresa me pedían más, la obra les había encantado, comencé entonces a desarrollar actividades de análisis, lecturas dirigidas y conversatorio sobre lo poco que teníamos de la obra, pero ese era la limitante…era poco.


Sin embargo, a pesar de las dificultades, comenzamos a hacer lecturas de diferentes capítulos de la obra y a buscar conexiones con el mundo místico de los indígenas del Vaupés, haciendo comparaciones y análisis de los personajes, encontrando una conexión con el espíritu Waimasá, ser mítico y ancestral que tenía cierta semejanza con el personaje principal Edward Cullen, un vampiro. De allí comenzó la curiosidad…

Después de las lecturas pasábamos al campo de la creación literaria, proponiendo finales alternativos para los capítulos, análisis temáticos y de los personajes, análisis de situaciones, y todo lo que ellos opinaran expresando sus sentimientos y valores tradicionales, todo partiendo siempre de pequeños fragmentos.

Pasando al campo de la sintaxis, analizamos el estilo de la escritora, ubicando palabras claves, como los verbos, los sustantivos y los adjetivos, para finalizar, hacemos una crítica de lo que todos piensan de lo que se ha leído.

De igual forma, pasamos al campo artístico y proponemos dibujos donde ilustren pasajes o escenas de lo leído, y ¡en verdad que mis muchachos son talentosos!


Me di cuenta que se podía hacer mas y que las posibilidades eran infinitas…Entonces comencé a investigar en internet para encontrar más acerca de la autora y sus obras, gracias a este medio de comunicación pude dar con un grupo de personas maravillosas que al igual que yo les gustaba la obra y habían creado una página titulada: Crepusculo.es, una página para fans de la obra en lengua castellana, dirigida y creada por el señor Javier Ruescas, yo les comente lo que estábamos haciendo acá en estas lejanías y desde España me ofrecieron todo el ánimo y el apoyo moral que necesitaba para que me animara a trabajar con más determinación que nunca, y así lo hago hasta el día de hoy.


De alfaguara recibimos en el 2008, un preciosísimo regalo, una donación con el tercer libro de la autora, Eclipse, los cuales llegaron en una cajita mágica, a mi modo de ver.

Este tercer libro mis estudiantes lo devoraron en cuestión de días, y ese para mi es el mayor prodigio, el mayor logro diciéndolo con toda humildad y amor, da una emoción casi fanática cuando ves como jóvenes en edades tradicionalmente apáticas a la lectura manifiestan tan amor e interés por las obras, leyendo en todo ratico disponible, eso me hizo sentir….feliz.

Actualmente nos encontramos en la segunda fase del proyecto, trabajando con amor, con lo poquito que tenemos.

La experiencia es fantástica, seguimos leyendo, innovando y buscando espacios para que el crepúsculo en la selva refulja como un amanecer de la lectura, especialmente en esta región de Colombia donde la violencia y las lágrimas han golpeado nuestra tierra y nuestras vidas con tanta fiereza.

El proyecto es como un hijo para mi, y me siento feliz al ver los resultados, y como si fuera poco participamos en el programa de radio web, Onda Crepúsculo, transmitido desde la página Crepúsculo.es en España, con un saludo desde la selva, con sonidos de nuestros instrumentos musicales tradicionales.

Actualmente, el proyecto sigue adelante y ojala por mucho rato y en mis ratos libres, bajo la fresca sombra de un árbol milenario escribo mi primera novela, quien sabe y algún día pueda ser yo la autora de los libros que los jóvenes lean, pues son los sueños la cuerda de la caja de música que motivan nuestra vida, yo lo he comprobado.

Ojala algún día, también, la autora supiera el milagro que se logro en el corazón de estos jóvenes por medio de su obra, corazones que aman la lectura tanto como yo amo esta joya de selva tropical que me ha acogido como una hija, y por quien seguiré trabajando para que sus jóvenes sigan adelante y lleguen a ser personas de bien.

Quiero que mis estudiantes piensen que en la educación está el futuro, que tienen tantas capacidades y oportunidades como cualquier otro estudiante rompiendo el estigma del “No Puedo”, porque yo que les enseño lo poco que sé, he visto en ellos por medio de este proyecto de lectura, un tesoro de valor incalculable.

Y aunque parezca poco convencional esta forma de reseñar un proyecto de fomento a la lectura, al hablar de el los pies se me separan del suelo y siento que debo contar todo, mas alla de lo estrictamente académico, creo que allí esta la magia, en que todo se haga con ilusión, y que aunque estemos internados en un lugar inhóspito, en la selva también se puede innovar en la educación.

Aun sigo trabajando, y leyendo, leyendo con mis estudiantes y pienso hacerlo por mucho tiempo, tantos años como Dios me lo permita, a Él y al amor de mi esposo, le debo todo.

Se con toda seguridad que la sola inscripción de este proyecto me hace sentir como la persona más afortunada del mundo, porque sé que alguien más, en algún lugar se entero como el crepúsculo refulge en la selva…